domingo, 30 de agosto de 2015

Hotgirl

¿Sabéis lo bien que se siente una cuando el sumiso acepta superar uno de sus límites que deseas?
Es lo más gratificante del mundo, ver como se avanza juntos y que cada uno vayamos aceptando superar esos miedos para dar placer al otro. Sí, placer de los dos.

Os hablo del Cuckold, palabra que para mí al principio sonaba a "cosa rara" de la que apenas había oído, pero que a mi sumi aunque le excitaba, lo marcaba como límite.

Por la curiosidad, me fue explicando mejor las distintas prácticas en las que se basa, y me fue interesando, aunque no le llegué a prestar toda la atención necesaria ya que estaba dentro de sus limites.

Pero, buscando la situación de trío, que aceptábamos y deseábamos probar, nos apareció la oportunidad de que yo pudiera hacerlo con una chica, pero ella ponía como condición que él no estuviera.
Así comenzó ese inicio de Cuckold para nosotros, y mi chico empezó a planteárselo más seriamente... hasta que aceptó como explicó en uno de los artículos anteriores, y ahora no para de recordarmelo.

Cuando veía eso del Cuckold, me sentaba mal, por primero porque es mi pareja, y siento que le estaría engañando, pero no hay mentiras ni verdades ocultas por ningún lado, es otro tipo de humillación consensuada que poco a poco se me hace más excitante y a mi sumi es el primero al que le encanta. Esto me hace verlo ahora desde otra perspectiva: es un dar un paso más en nuestra relación d/s, y un paso más en la experiencia como pareja, y la mía propia, una situación impensable anteriormente y que ahora vamos a poder disfrutar.

Lo que me hizo cambiar de idea es poder tener por fin ese placer que tenía ganas de experimentar, el poder hacerlo con una chica, como yo quería, dónde, cuándo, y encima con todo el placer para mí. Él muchas veces me decía si realmente lo hacía por el Cuckold, porque muchas veces parecía que lo primordial era hacerlo con ella, y le tuve que decir que era cierto; en el Cuckold el sumiso se entrega por el placer de la ama, y yo lo primero que buscaba era mi placer, siempre dentro de lo hablado. Es así, y así es como se crea esa situación de Cuckold, sin ese desprestigio del sumiso, sería imposible. 
Tras hablar de todas esas mil cosas que conlleva el Cuckold, realmente lo que más me apetecía era el llegar de estar con ella y poder ponerlo a mil contándole con pelos y señales el acto que le hubiera encantado ver y que se ha perdido, humillarlo de esa forma y poder ver como llega a tal extremo de sumisión que me siguiera viendo como su divinidad, su Diosa.
Ahora tengo muchas ganas de ver esa sonrisilla nerviosa que pone mi chico cuando se siente por debajo mía y solo sabe adorarme.
Ese placer, el poder verlo así y el poder de humillarlo y sentirlo tan mío, es único.

Desde que lo aceptamos los dos, sé que no le voy a hacer daño, y cualquiera puede parar toda la actividad si no se encuentra bien dentro de la práctica, ya que como todas, hay riesgos de aforntarse con la realidad y no sea lo esperado, mantenemos la palabra de seguridad y sobretodo por no afectar negativamente a la relación. 

No sé que pensaréis algunos de estas prácticas, para mí no tendría sentido sin su aceptación, ya que él ya me da lo que le pido, pero con esto me ofrece mucho más de lo que me puede dar. El placer de hacerlo con una mujer y ser su hotgirl y él mi cornudo consentido.

Así es que, consenso ante todo y mi placer por delante.

Besos y abrazos.




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